noviembre 23, 2008
Trampa sagrada
Mentiras. Mentira.
El habla seca del poeta triste.
Su joven ejercicio de la palabra.
El viento que insiste en seguir silbando
aromas de sopores impronunciables.
Tibio estanque.
Suculentas prohibidas.
Insulsos amores tendió noviembre
sobre las playas de mi vida.
Mentiras.
Mentira.
Violenta y una sola.
La de mi antifaz y tu fantasma.
Mentira.
Bastó una.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Ok, ok, pondré mi nombre. También es lindo respetar al anónimo, de todas formas ni te conozco, ¿qué más da si me llamo Estela, Jorge? es igual, pero bueno, aqui mi nombre.
Tas triste... moi aussi...
Bueno, es que cada mentira tiene su verdad que la sostiene. Hay verdades ligeras que pesan desde la mentira y así.
Ya tardaste en volver. Regresa.
Esta es mi primera visita por aquí; y voy a volver.
Me gustan pocas palabras
jj
Publicar un comentario